Existen muchas creencias acerca de lo que la mujer-madre debe ser. Por ejemplo, frases como las siguientes llegan a ser ideas fijas en nuestra sociedad:
- Todas las madres aman a sus hijos.
- Las mujeres nacen para ser madres.
- La maternidad es natural y por lo tanto fácil.
- Las madres siempre saben qué es lo mejor.
- La maternidad es una bendición.
- La maternidad es instintiva …y otras muchas otras ideas.
Sin embargo, estas creencias están muy lejos de ser la realidad del día a día de las mujeres. La maternidad es una experiencia que siempre está en constante cambio. La madre primeriza o la madre adolescente no es la misma que la madre que va a tener a su cuarto hijo, o aquella que ha sufrido la pérdida de uno.
La madre perfecta es un mito y además una tarea muy costosa de mantener. Trabajar sin descanso para hacer creer a los demás que son la cúspide de la perfección es agotador y puede alejarlas de sus seres queridos.
La maternidad, como cualquier otra actividad, necesita constante alimento. Quien la ejerce hace bien en leer, capacitarse, preguntarse, enterarse, practicar nuevas técnicas, iniciar nuevas tareas, dedicar un tiempo a hacer ejercicio físico, escuchar música, encontrarse y charlar con sus amistades y muchas veces tener un tiempo para estar sola.
Pero no sólo se trata de las exigencias que rodean el rol de ser madre sino también la gran cantidad de contradicciones que existen sobre la manera como se ve la maternidad. Se dice, por ejemplo, que los hijos que han tenido una buena madre se convierten en adultos responsables y sanos; tienen una alta autoestima y toman decisiones adecuadas en su vida. O también se cree que las mujeres que se quedan en el hogar trabajando como madres de tiempo completo, realizan un trabajo trivial y aburrido.
Paralelamente, la persona que ejerce la maternidad también se topa con sentimientos encontrados en su que hacer. Suele ocurrir que las madres sienten que sus hijos e hijas dependen demasiado de ellas. Sin embargo, cuando ven que sus pequeños quieren ser demasiado independientes se sienten aterrorizadas.
Las madres estas abrumadas por la atención, -tiempo, energía- que demandan sus hijos. Luego se sienten tristes y abandonadas cuando sus hijos encuentran apoyo en otros miembros de la familia o escuela.
Sentimientos como estos crean en la sociedad un estereotipo de madre muy frecuente: la madre «sacrificada», quien además ilustra lo que significa una persona con baja autoestima. Este modelo de madre le da elementos a los hijos y esposo para que la traten sin respeto.
La madre «sacrificada» es quien todo lo deja en aras del bienestar de su familia, quien no ha hecho sino trabajar sin descanso por el bienestar de los miembros del hogar.
Todos los cuestionamientos anteriores muestran que la labor llamada maternidad está rodeada de incertidumbre, ensayo y error y una alta dosis de amor.
¿Cómo ser una buena mamá?
Usted ejerce una sana maternidad si:
- Las acciones y decisiones las toma a partir de una buena autoestima.
- Lo que la guía es la búsqueda de un equilibrio – no perfecto – entre los diferentes tipos de carácter que conviven bajo un mismo techo.
- Actúa en consecuencia con los límites que se han trazado en el hogar.
- Está en constante cuestionamiento sobre su que hacer. Piense: lo que ayer fue apropiado para un ser humano de cinco años, mañana levantará ampollas.
- Se pregunta ¿Qué es lo pertinente en cada momento?
- La madre que se respeta a sí misma tiene un alto amor propio y es la piedra de apoyo para mantener en su hogar el respeto entre cada uno de sus miembros.
Lo que toda madre debe recordar
- La maternidad es un trabajo muy importante. Se requiere una alta dosis de flexibilidad y creatividad.
- Uno es una «buena madre» porque está dando lo mejor de sí misma.
- Sentirse culpable no es un elemento de ayuda. Si siento que no estoy haciendo lo adecuado, pregunto, averiguo, cuestiono.
- Es necesario prodigar cuidados y amor primero a uno mismo. No es posible dar lo que no se tiene para sí misma.
- La madre perfecta no existe. Todas las madres cometen errores. Gracias a los errores se aprende. Toma nota de lo sucedido, corrige e intenta de otra manera.
- Lo mejor es expresar los sentimientos. Expresarlos no significa gritar o arrojar los platos de la cocina. Es decir, con claridad y en un tono normal lo que la está molestando.
- Los hijos e hijas repiten y aprenden lo que hace como madre y NO lo que decimos que deben hacer.
- Es importante transmitirles a los hijos un buen modelo de amor propio.
- Ame, respete y agradezca a su madre porque ella le enseño lo que sabe acerca de como ser una buena madre.
Fuente: http://www.colombiaaprende.edu.co/html/familia/1597/article-76810.html