Hablar con tus hijos es algo normal, pero comunicarte con ellos no es una tarea fácil. Habitualmente las madres dicen frases como: “Recoge los juguetes” “Haz los deberes”, “Has llegado tarde”. En cambio, pocas veces dicen: “¿Por qué estás enfadado?” “Me ha gustado tu comportamiento de hoy”.

Para lograr una buena relación con tus hijos debes comunicarte con ellos de forma personal, escucharlos, comprender lo que sienten y demostrarles en todo momento que quieres ser partícipe de sus situaciones particulares.

Cuando escuchas lo que dicen tus hijos tienes que identificar:

  • El contenido de lo que intentan transmitir.
  • Los motivos que tienen para darte esa información.
  • Los sentimientos que están expresando.

Hay que encontrar el momento adecuado para escucharlos, consiguiendo que cuenten sus experiencias y sus sentimientos. Esos momentos los puedes generar al realizar actividades en común con ellos: deportes, paseos o sencillamente en la hora de la cena.

Si ellos solicitan tu atención y no se la puedes brindar en ese momento, debes razonar con ellos un aplazamiento de la conversación para más tarde. Puedes decirle simplemente: «dame 10 minutos y enseguida estoy contigo.»

Elementos que favorecen la comunicación

  • Habla siempre con un tono de voz adecuado y mantén el contacto visual. Si tus hijos son pequeños, tienes que ponerte a su altura para estar más cerca de ellos y así favorecer la comunicación.
  • Llena las palabras y los silencios de comprensión y contenido a través de miradas, gestos, posturas y tonos; debes tener en cuenta que tan importante es lo qué se dice como la forma de decirlo.
  • Expresa tus sentimientos, actitudes e ideas para dar un buen ejemplo a tus hijos.
  • Demuestra en todo momento interés por lo que te dicen, de esta manera conseguirás que te tengan más confianza y te compartan sus experiencias, ideas y sentimientos.
  • Refuerza las conductas adecuadas de comunicación, premiándolas con un elogio diciéndoles frases como: «me gusta hablar contigo así», «gracias por contarme esto.»
  • Consulta y valora sus opiniones, aunque sean diferentes a las tuyas.
  • Confía en tus hijos, si la primera vez que te dicen una confidencia lo criticas o te enfadas, probablemente será la última vez que se sinceren contigo. Tienes que confiar en tus hijos para que ellos confíen en ti.
  • Háblale una forma positiva realizando comentarios como: “estoy segura de que puedes hacerlo”, “estás mejorando”, “me siento orgullosa de ti”.
  • Ofrece una sonrisa siempre que puedas, no cuesta nada y significa mucho para quien la recibe.

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